Últimamente he estado escuchando con frecuencia el cuestionamiento de ¿cuándo volveremos a la normalidad? Esto debido a que cada vez se acerca más la reactivación de la economía, con ello la reanudación de las negociaciones y las actividades cotidianas en la sociedad, después de tremenda cuarentena que, para muchos, la duración fue de una eternidad.
Sin duda esa eternidad del confinamiento y el permanecer tanto tiempo en casa sin eventos públicos, sin poder visitar bares, restaurantes, cines etc. En pocas palabras, la caída de la mayoría de los comercios ha creado
“La Nueva Normalidad”. Esa donde nosotros como individuos hemos tomado para adaptarnos cada vez más al consumo en línea, a los pedidos a domicilio, al trabajo desde casa (home office) con el fin de no tener contacto con otras personas, pero siempre haciendo hincapié en mantener una limpieza y desinfección para la conservación de la salud consumiendo alimentos sanos, haciendo ejercicio desde casa, comprando desinfectantes para el hogar y aerosoles para el ambiente.
“Son los cambios de gran escala los que afectan a miles de personas en diferentes partes del mundo y trasforman su vida”
Es muy claro que después de todo este tiempo con distanciamiento social no regresaremos a la normalidad como algunos meses atrás; seremos más cuidadosos al estrechar la mano con alguien, mantendremos nuestra distancia pertinente en cualquier sitio que nos encontremos, y adoptaremos nuevos hábitos tanto de limpieza como en desinfección en nuestros hogares y nuestro trabajo.
Nos compete adoptar lo nuevos protocolos y hábitos de limpieza que se implementarán principalmente en empresas para salvaguardar a sus clientes, visitantes, personal y proveedores de la siguiente manera:
Mantener y mejorar la medida de limpieza, aumentará los estándares de higiene que serán la pauta para brindar seguridad y salud.
Aplicar las nuevas prácticas de limpieza e higiene como son desinfectar y sanitizar todas las áreas.
Ajustar los tiempos de respuesta en puntos de contacto y reforzar la seguridad con el objetivo claro de evitar la propagación del virus.
Obtener una póliza mensual de especialistas en puntos críticos de contacto para reforzar la higiene y crear cercos sanitarios continuos, de acuerdo a protocolos de desinfección específicos.
Restructurar la compra de desinfectantes, sanitizantes y limpiadores que comprueben científicamente su efectividad.
Aumentar los kits de protección personal tanto de sus colaboradores como de la proveeduría interna (guantes, cubrebocas, uniformes especializados, botas de seguridad, lentes de seguridad, entre otros).
Reducir zonas de contacto físico donde habitualmente se acumulan personas. (comedores, área de elevadores y áreas comunes).
Estos nuevos hábitos llegaron para quedarse y es sumamente importante analizar para darle el valor necesario que actualmente es la limpieza en la vida diaria de cada uno de nosotros.